
Don
Diego de la LLave y Garcia
En la segunda edición del libro
“COLOMBOFILIA” escrito por Dn. Salvador CASTELLO
CARRERAS, publicado en el año 1.901, el autor detalló
las principales actividades realizadas por nuestra sociedad
durante los primeros años de su existencia.
Como curiosidad detallaremos los que
escribió el Sr. Castelló sobre los principales
hechos acaecidos durante el año 1.890.
“El
16 de febrero de 1890, previa convocatoria de don Diego de
la Llave, que por sus relaciones con distinguidos oficiales
del Cuerpo de Ingenieros poseía ya algunas palomas
mensajeras, reuniéronse con él en Barcelona
D. Sebastián Pascual de Bofarull, D. Fernando de Sagarra,
el Excmo.. Sr. D. José Sert, D. Buenaventura Renter
y los hermanos D. Francisco y D. Pascual Monravá, y
resolvieron constituir una Sociedad Colombófila, redactándose
y aprobándose seguidamente sus estatutos y nombrándose
presidente al Sr. D. Diego de la Llave, Secretario al Sr.
D. Fernando de Sagarra, y Tesorero a D. Buenaventura Renter,
completándose la Junta Directiva con los demás
señores socios fundadores en calidad de Vocales de
la misma,
El
1º de mayo, siendo General Jefe de la Sección
de Comunicaciones militares del Ministerio de la Guerra el
malogrado general D. Juan Barranco, de grata memoria, la nueva
Sociedad fue agraciada con el protectorado oficial del Ministerio
de la Guerra.
El
29 de Octubre se resolvió crear una revista que, bajo
el nombre de La Paloma Mensajera, divulgara los trabajos de
la Sociedad y fomentara las aficiones, tomándose el
acuerdo de que viera la luz el 1º de Enero del siguiente
año.
Durante
los dos últimos meses de su primer año de vida,
la nueva Sociedad fue estableciendo delegaciones en distintas
poblaciones de Cataluña y del resto de España,
donde algunos socios, como el Sr. Valenzuela, de Cabra, daban
a conocer la utilidad de las mensajeras educándolas
y obteniendo regresos desde San Fernando y de la Isla de Alborán.
Antes
de terminar el año de 1890 se crearon premios especiales
para los socios que más se distinguieran, se regalaron
476 palomas, con las que se fundaron numerosos palomares y
se llevaron a cabo 172 viajes de preparación y hasta
de educación, organizados particularmente por algunos
dueños de palomares.
El
censo de fin de año arrojó una existencia de
1.540 palomas, distribuidas en cuarenta palomares, estando
en el período de creación otros siete y siendo
el número total de socios de sesenta y siete.
El
porvenir de la “Sociedad Colombófila de Cataluña”
estaba, pues, asegurado.”

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